domingo, 7 de febrero de 2010

ROMPECREPÚSCULOS

*Contiene spoilers

Me dispongo a ver Daybreakers con la saturación propia de cualquier espectador conocedor de la moda cinematográfica imperante en estos últimos meses: los chupasangres. La multitud de productos que han derivado de este fenómenos varían desde los delirios pseudo-románticos de Crepúsculo hasta el acercamiento desde una perspectiva propia del cine de autor de la sueca Déjame entrar. Muchas películas, también series de televisión -véase la entretenida True blood- me hacían desconfiar de esta nueva, sobre todo por el oportunismo comentado, aunque he de reconocer que me embargaba cierta curiosidad por los actores que encabezaban el reparto; que Ethan Hawke o Willem Dafoe formen parte de una propuesta de este tipo siempre es agradable, aunque también sabemos que nunca garantía de éxito (al “duende verde” me remito) La verdad es que sus filmografías no se han enriquecido con esta película.

Después de esto, debo decir que Daybreakers se sitúa en las antípodas de las historias creadas por Stephanie Meyer, algo (muy) bueno teniendo en cuenta la ínfima calidad argumental de las aventuras de los adolescentes enamorados. Y es que si en una el amor se erigía como remedio de todos los males provocando el hastío del espectador de más de 16 años, aquí serán los mordiscos y derramamientos de litros de sangre los que provocarán que avance, a buen ritmo, una trama delirante pero arrolladoramente convencional.

El desencadenante de la película parte de la necesidad de los vampiros de encontrar un sustitutivo de la sangre humana, debido a que ellos mismos han puesto a la raza en peligro de extinción al usarlos, cual ganado, como productores de sangre, siendo la escasez de su sustento el motivo de una mutación lo que les está convirtiendo en unas criaturas monstruosas que se hacinan en los bajos fondos de la ciudad. Ante esto, Edward (Ethan Hawke) que trabaja en la industria que substrae la sangre a los humanos, intentará defenderlos confiando en un grupo de resistencia humana que pretende sobrevivir a las injusticias cometidas por los vampiros. Lo que en principio partía como una reflexión crítica acerca de la segregación racial derivará en una sucesión de tópicos, giros argumentales ridículos y homenajes (yo diría plagios) cinematográficos que dotan al filme de la categoría de palomitera. Simplemente haré mención al personaje de Elvis -ya el nombre es sintomático - interpretado por Willem Dafoe, que define a la percepción lo disparatado y divertido del guión; un humano que fue convertido en vampiro, al que un día le dio el sol y gracias a que pudo apagar las llamas en un río volvió a convertirse en humano. Milagros de la ciencia que usarán Edward y sus amigos para devolverle al mundo su humanidad. Además de todo esto, añadimos un hermano descarriado pero con buen fondo, una chica bonita, un malo malísimo y mucha, mucha sangre.

En conclusión, Daybreakers es una película que parece hecha por un par de aficionados que han ido escogiendo secuencias de películas que les apasionan (Minority Report, Blade Runner, los zombis de Romero) para desarrollar una historia tan simple y olvidable como entretenida en sus pretensiones.

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