lunes, 16 de abril de 2012

INTOCABLE

Seguro que más de uno después de leer esta crítica me quiere crucificar aprovechando estas fechas. No sería de extrañar después de las cifras que ha obtenido la película francesa de la que habla todo el mundo (con permiso de The artist ), millones de espectadores la han visto en toda Europa, respaldo casi unánime de críticas y comentarios del tipo “es la mejor película que he visto en mi vida”.

El argumento: joven de color de clase baja se convierte en cuidador de hombre rico tetrapléjico para hacerle sonreír. A partir de aquí todo es una sucesión de lo mismo, escenas cómicas para demostrar que todo puede ser de color de rosa si te dejas llevar. Intocable es un pastel de los gordos, hace que a su lado En busca de la felicidad parezca El ladrón de bicicletas .

Y es que no nos engañemos, Intocable es una película de manual. Los franceses han sabido hacer un homenaje perfecto a lo que solemos llamar “americanada” pero elevándola al cubo. Todo es fácil y lo peor, estereotipado al extremo, algo que se refleja principalmente en sus personajes protagonistas. Por una parte, a Driss nos lo presentan como un cazurro que se ríe de todo lo que huela a cultura y su antítesis Philippe, un ricachón pedante que solo puede disfrutar admirando una partitura de Vivaldi. Con bromas tan elaboradas como el momento en el que el chico negro ve un cuadro abstracto y dice “Esto es una mierda. Un sangrado por la nariz….” Ni el mejor sketch de Los Morancos. Y así durante el resto del metraje.

Algunos me pueden preguntar ¿pero está mal hecha? No, la película está bien dirigida, tiene buena fotografía, buenos planos, etc. Pero todo es tan simple que carece de interés, todo es tan previsible que continuamente te adelantas a los chistes que van a hacer, en definitiva todo resulta artificial y prefabricado.

La película huye de cualquier conflicto. Si alguno asoma la cabeza su guión te lo elimina de un plumazo recurriendo a algún chascarillo del cuidador o te presenta una secuencia con múltiples elipsis para decirte “¡eh espectador!, no te preocupes, lo está pasando mal, pero te lo muestro muy rápido y sin diálogos para que no te pongas triste”. Este es su principal error, eludir el conflicto impide que me emocione, que empatice con los personajes, me deja indiferente. Además, la evolución que experimentan ambos protagonistas resulta inexistente, no hay aprendizaje. Me pregunto ¿Qué ha aprendido Philippe si cuando no está con Driss se viene abajo? ¿Estamos hablando de dependencia? Bonito envoltorio para un pobre contenido.

Intocable es obvio que gustará, que la gente saldrá con una sonrisa en la boca y se sentirá feliz, al menos 5 minutos después de haberla visto. Dirán que no hace daño, pero luego serán los mismos que se quejarán porque el cine nos vende el cuento del príncipe azul. En este caso, será el cuento del negrito majo que vendrá y solucionará tus problemas. Pues nada, solo habrá que esperar a ver si aparece.

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