lunes, 16 de abril de 2012

TAKE SHELTER

Resulta interesante la reciente proliferación de películas que miran al cielo (literalmente) para encontrar respuestas a ciertas crisis existenciales. Algunas como El árbol de la vida, recurriendo a una reflexión acerca del origen del universo, y otras de manera más directa al tratar una amenaza natural que altera la supuestamente apacible vida de sus protagonistas, como el caso de Melancolía.

Take Shelter – algo así como resguardarse, ponerse a salvo- tiene más puntos en común con la propuesta de Lars Von Trier que con la ideada por Terrence Malick. Ambas parten de una base propia del cine de catástrofes. En este caso, la historia nos traslada a un pequeño pueblo norteamericano donde viven la pareja formada por Curtis (Michael Shannon) y Samantha (Jessica Chastain), y su hija pequeña Hannah (Tova Stewart) que posee una enfermedad que le impide hablar. Nada más comenzar la película Curtis presencia una extraña tormenta formada por una lluvia aceitosa, a partir de entonces una sucesión de escalofriantes pesadillas y alucinaciones le harán adoptar un comportamiento psicótico, creando un refugio anti-tornados con el objetivo de proteger a su familia de la llegada de un terrible fenómeno meteorológico que solo él puede ver.

Las película logra no caer en el recurso fácil de bombardearte con escenas efectistas de las pesadillas que podrían llevarte a una sucesión de sustos sin sentido, las que aparecen son perturbadoras y coherentes con la evolución que experimenta el protagonista, y sirven para comprender su desequilibrio y como éste provoca la desestructuración de su vida, momento en el que afloran la incomunicación y un pasado con traumas ocultos.

Será este aspecto donde hace especialmente hincapié el filme, la apariencia frente a la realidad. Curtis tiene que fingir que no tiene problemas, porque según lo que le dicta la sociedad -en boca de su mejor amigo Dewart- “tiene una buena vida”. Pero él está sufriendo, lucha para tener la situación bajo control pero no puede. Es algo que le supera, se enfrenta a un entorno que lo toma por loco y a la vez está inseguro porque también duda de sí mismo.

Lo interesante de Take Shelter es su capacidad para abordar un tema difícil: los cimentos que sustentan nuestra sociedad ¿son tan estables como nos quieren hacer ver? Todo ello sin juicios, sino planteando preguntas. Dando cabida a interpretaciones que podrían parecernos en un principio irracionales –como se refleja en la tormenta que solo ve el protagonista- pero que permiten ahondar en problemas más profundos si al menos les damos el beneficio de la duda.

En conclusión, una historia necesaria que invita reflexionar y permite abrir nuevos caminos de pensamiento ante una sociedad, la nuestra, que necesita un cambio de rumbo si queremos revitalizarla.

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